No hay que tener miedo al dentista

La odontología ha cambiado y los dentistas también. Cuando conversamos con personas mayores referente a sus visitas al dentista nos cuentan que para ellos ir al dentista significaba que había llegado un punto que era inevitable, además que los tratamientos eran interminables hasta que se aburrían y los dejaban etc. etc.
Desde la forma de realizar los tratamientos hasta el trato de los dentistas han ido cambiando para bien de los pacientes.
Una de las razones es que la variedad de recursos técnicos que mejoran la eficiencia de los tratamientos dentales, el mejor entrenamiento de los profesionales, la importancia que se le da al trato profesional paciente, entre otros hacen que los tratamientos sean mucho mejores en beneficio de los pacientes.
No hay que tener miedo al dentista por que los tratamientos y sus resultados son cada vez más controlados y por tanto predecibles, eso hace que el actuar del profesional se enmarque en protocolos más estudiados, más conocidos y probados.
No hay que tener miedo al dentista
El trato distante y ajeno, y en muchos casos de enojo de algunos profesionales, ha dado paso a un trato cercano comprensivo, empático, sociable.
Sumado a explicaciones audiovisuales además de la información disponible en la red permiten un mejor conocimiento por parte de las personas respecto a los tratamientos que se les aplica.
El conocimiento es una herramienta que permite transparencia y ello da seguridad, ya que el temor proviene de la inseguridad por lo que no se conoce.
No hay que tener miedo al dentista, por que la distancia entre el dentista y paciente se ha acortado, cada vez son menos aceptados los profesionales endiosados, que no escuchan, dueños de la verdad y poco dialogantes.
Por el contrario se acepta mayoritariamente profesionales que sean capaces de interactuar mejor, que sean capaces de ponerse en el lugar del otro, con un alto sentido humanista y con capacidad de comprender la condición emocional y psicosocial de sus pacientes.
No hay que tener miedo al dentista
Otra razón por la que no hay que tener miedo al dentista es que los métodos y técnicas de manejo del dolor bien aplicadas pueden asegurar tratamientos dentales sin dolor o con mínimas molestias.
Esa realidad es notablemente diferente a la de años atrás, hay que recordar que muchos procedimientos dentales se realizaban sin anestesia y ello producía dolor que hoy ya no.
Hoy es de rutina que los dentistas trabajen con anestesia
En resumen no hay que tener miedo al dentista por que la odontología ha cambiado solo hay que atreverse a comprobarlo.
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